jueves, 11 de agosto de 2011

ESPECIAL/ENTREVISTA… Gobierno gestiona mejorar calificación de la deuda peruana

Entrevista:
Ricardo Serra Fuertes (*)

Mientras Estados Unidos pierde su AAA, Perú quiere elevar su nota. Ministro de Economía revela que en setiembre habrá un ‘road show’ con grandes inversionistas. Castilla asegura que no tocará las reservas y respetará fundamentos macroeconómicos. Quiere reducir costos laborales, facilitar aporte de independientes a las AFP y reformar la Sunat.

En los 13 días que lleva trabajando en su despacho del Ministerio de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla solo ha hecho un cambio: colocar sus fotos familiares detrás de su escritorio. Esa misma moderación en los cambios, aparentemente, también se aplicará en la línea general de la política macroeconómica del país, que es también lo que esperan los agentes económicos. El contexto internacional de crisis es el reto que debe enfrentar al inicio de su gestión. A continuación la interesante entrevista del periodista Ricardo Serra Fuertes.

Ud. adelantó medidas que ya perfilan una política expansiva: adelantar programas sociales, levantar candados para la inversión pública, entendemos, para no perder el ritmo de crecimiento. ¿Esas propuestas están adecuadamente financiadas?
Aclaremos de antemano: el primer semestre hemos tenido un desempeño fiscal mejor de lo que esperábamos, un superávit bastante alto, de más de 5 puntos porcentuales del PBI. A inicios del año se estimaba un superávit de apenas 0,5%, y hubo opiniones que pronosticaban un pequeño déficit. Ahora, lo más probable es que acabemos con un superávit de entre 1% y 1,8%. Por eso, tenemos una capacidad de llevar adelante una serie de políticas de gasto. Tenemos espacio para crecer en el segundo semestre manteniendo un superávit. Estamos siendo contracíclicos. Pero el año entrante es de mayor incógnita, no sabemos qué va a pasar con la economía global. Hay mucha inestabilidad, los mercados están subiendo y bajando y la gran incógnita es si el mundo tendrá menor crecimiento. Si sucede, afectará nuestra demanda externa y al precio de las materias primas que exportamos. Mi llamado es a la cautela en el 2012, justamente para evitar que caigan los ingresos fiscales y tengamos un presupuesto desfinanciado.

¿Y cómo va a ser el presupuesto del 2012?
Será conservador, acorde con nuestros ingresos fiscales y con nuestra expectativa de crecimiento. Se puede hacer mucho reasignando partidas, más que aumentar presupuesto. Esa reasignación pasa por liberar recursos públicos que se debieron invertir en proyectos de infraestructura, como en transporte y vivienda, y ser más agresivos en asociaciones público-privadas y en concesiones. Eso va a liberar recursos. Vamos a ser más prolijos en el pago de la planilla del sector público, y a tener un control más centralizado, lo que evitará dobles beneficiados. Estamos guardando pan para mayo y tendremos colchones de liquidez para afrontar una mayor crisis, si se diera.

El Perú tiene reservas internacionales netas (RIN) por más de US$47.000 mlls. y un fondo de estabilización fiscal de casi US$6.000 mlls. ¿Cuál es el peor escenario para que el gobierno decida usar esos recursos?
Que haya una fuerte contracción de la economía. Eso está normado en la Ley de Transparencia y Prudencia Fiscal: para acceder al fondo de estabilización tienen que sucederse tres trimestres de crecimiento negativo u ocurrir un desastre natural de envergadura.

Pero hay temor en ciertos sectores de que usen las RIN para el gasto público.
No. Lo descarto totalmente porque las RIN -que son la suma de tres conceptos: los encajes de bancos depositados en el BCR, los recursos del fisco, como el Fondo de Estabilización Fiscal, y la posición de cambio- tienen usos específicos: generar liquidez, permitir que el ente monetario opere como prestamista de última instancia e intervenir en el mercado cambiario para evitar una excesiva volatilidad. Las RIN son del BCR y el compromiso del gobierno es mantener su plena autonomía.

En una de sus primeras intervenciones, usted estimó que lograremos una presión tributaria de 20% del PBI o, al menos, acercarnos al 18% de Chile. ¿Cómo lograrlo?
Hay herramientas varias, pero no subiendo impuestos necesariamente.

¿Atacará a los mismos contribuyentes de siempre?
No quiero adelantar primicias porque le quito la novedad al primer ministro -él tiene que darlas en el discurso de investidura de su cargo, y debe generar el voto de confianza a su Gabinete-. Pero en borrador puedo decir que las políticas para ampliar la base tributaria pasan por un cambio profundo en la Sunat. El aumento en la capacidad de administración nos puede dar [una recaudación adicional de] un 0,5% del PBI anual. Hay otro 1,5% del PBI por mejorar la cobranza de deuda pendiente en el Tribunal Fiscal, además de racionalizar exoneraciones.

¿Como las que el gobierno anterior restituyó en la selva?
Y otras. La idea es legislar para convertir las exoneraciones en gasto tributario, como sucede en otros países. El Congreso no tiene iniciativa de gasto y [con esta propuesta] se puede impedir que se siga perforando la base tributaria. Hoy hemos derogado tres leyes que eran incentivos tributarios a colegios particulares, centros educativos y cooperativas. Era una condonación retroactiva de obligaciones tributarias que iba contra la Constitución.

Pero llegar a esa meta implica también atacar la informalidad. ¿Por allí comenzará ese trabajo?
Va por dos líneas: reduciremos la informalidad atacándola, pero, a la vez, daremos beneficios para ser formal.

También se está elevando la remuneración mínima vital (RMV), que es un costo para la formalidad…
Esto hay que verlo en su conjunto. El aumento inicial [de S/.75] se está dando, pero el que sigue estará atado a mejoras en la productividad. Definitivamente [esta medida] vendrá acompañada por otras, como la reducción de los costos laborales para las pymes. Esto todavía está en borrador, la iniciativa la tenemos que evaluar porque tiene un costo fiscal. También vamos a reducir el aporte de las pymes a la seguridad social, como el régimen agrícola, para que en vez de pagar 9% sea 4%, y propiciar que un mayor número de trabajadores independientes cotice en las AFP. Hay que trabajar para que esto sea un incentivo deducible sobre el Impuesto a la Renta.

¿No estamos en un contexto en que, como usted mismo dice, debemos ser más prudentes?
Todo es un costo-beneficio. Estamos evaluando estas iniciativas porque tenemos encima la nube de la potencial crisis financiera. Pero yo creo que [la coyuntura] puede acabar favoreciéndonos. El precio del oro se ha disparado, el valor de nuestras importaciones ha bajado, las contingencias derivadas del precio del petróleo también. No hay deudas con refinerías a la fecha, y las refinerías van a tener que aportar al Fondo de Estabilización. El precio de las importaciones de muchos alimentos está cayendo. Es decir, puede darse una posición en donde, pasado este nerviosismo, los mercados se tranquilizarán, habrá un estimulo monetario mayor en EE.UU. y ese dinero tiene que ir a algún sitio. Y probablemente buscarán plazas como el Perú, con fundamentos macroeconómicos sólidos donde se respeten los contratos, haya plataformas de acuerdos comerciales importantes, y donde ahora tendremos el gran desafío de generar mayor inclusión social. Todo otorgando mayor sostenibilidad a la inversión. Estamos en un momento de incertidumbre que potencialmente se puede convertir en una oportunidad para el Perú. Justamente he conversado con las agencias clasificadoras de riesgo y ellas me han manifestado -aunque es un poco prematuro decirlo- que si el nuevo gobierno del Perú asienta sus políticas, obtendremos una mejora en nuestra calificación de riesgo crediticio. Previo a la crisis, se hablaba de que sería antes del fin de este año.

¿Ahora cuándo sería esa revisión?
En setiembre voy a un “road show” en Nueva York para visitar a los inversionistas, donde vamos a ratificar nuestro respeto a la conducción macroeconómica, y a que las inversiones sigan entrando al país. Se vienen importantes anuncios de inversiones, como el proyecto Conga y otro de mayor envergadura en el sector minero. Nuestra idea es destrabar inversiones, que a veces no entran por barreras administrativas. Recordemos que los capitales privados representan el 80% de lo que se invierte en el país.

¿Cree que es adecuado aplicar un impuesto a las sobreganancias mineras en un contexto internacional en el que los principales productos del Perú -como el cobre y el zinc- están bajando de precio?
Es una negociación que se está dando de manera muy amigable y es un tema que tenemos que ver a largo plazo. Porque cuando hablamos de cargas impositivas y rentabilidades, estamos hablando en ese horizonte, y no de un esquema que va a ir cambiando de un año a otro. Queremos que haya más partícipes de la gran rentabilidad que las empresas mineras han recibido en los últimos años. Debemos corregir disuasivamente el sistema donde las empresas menos rentables pagan más impuestos, y las más rentables pagan menos. De cierta forma, esto aumentará los recursos en las regiones que no reciben canon. Todo esto, sin romper la competitividad. Estamos sumamente conscientes de que no queremos matar a la gallina de los huevos de oro. Hay experiencias como la de Polonia, donde aumentaron la carga impositiva de manera irreal, rompiendo la competitividad y el sector extractivo se perdió.

El sector privado ha propuesto el modelo chileno.
Estamos trabajando en torno de eso, evaluando ciertas modificaciones sobre ese modelo. Son conversaciones hasta ahora muy amigables y hemos definido una línea de base por donde empezar. El trabajo técnico ya se acabó y este lunes empezaremos la negociación formal con la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), teniendo en cuenta ambos compromisos: aportar mayores recursos para el Estado, que se inviertan de manera más efectiva en el país, y no romper la competitividad.

Desde el partido de gobierno se ha hablado de una reforma constitucional. ¿Qué opina de reformar el capítulo económico de la actual Constitución?
Estamos abocados a las tareas que nos ha dado el presidente de la República, que son cuatro: mantener el crecimiento con estabilidad, hacer todo lo posible por dar viabilidad a las políticas sociales congruentes con la estabilidad macroeconómica y la política social, la lucha frontal contra la corrupción y contra la inseguridad ciudadana.
Pero se habla incluso de regresar a la Constitución de 1979…
Le estoy contando cuáles son las prioridades que está trabajando el Gabinete en su conjunto. Creo que no hay que salirnos de la propuesta central, que es esa.

¿Y esa propuesta central requiere un cambio constitucional?
Le digo que estamos trabajando en diseñar los programas sociales, en mantener la estabilidad macroeconómica, en que se respeten los contratos, los tratados de libre comercio, sacarle mayor provecho a ese capital que tenemos y que el Perú siga creciendo. Sin crecimiento no podemos sostener un mayor Estado. Esos son los temas de agenda en este momento.

“Yo propuse a Quispe en la Sunat”
El ministro Luis Miguel Castilla reveló que fue él quien propuso a tania Quispe Mansilla, prima de Nadine Heredia, como la sucesora de nahil Hirsh en la jefatura de la sunat. “Luego de la evaluación que he realizado, las credenciales que ella trae, tanto por su experiencia profesional como académica, creo que pueden aportar aires frescos y revitalizar la función de la sunat, que queremos fortalecer”, señaló.
Agregó que Quispe participó en la elaboración de un plan estratégico para elevar la presión tributaria.
“La señora Quispe fue propuesta por mi persona al presidente de la república, yo la conocía desde hace mucho tiempo y él tuvo a bien aceptar esta sugerencia”, afirmó.

(*) Periodista

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