martes, 2 de agosto de 2011

EDITORIAL…Por qué el presidente Ollanta Humala juramentó por la Constitución de 1979

Escribe:
Ricaldi Ramírez Ruiz (*)

Los peruanos vamos a ingresar a la celebridad o al libro Guinness, por la más fácil y actitud extrema para protagonizar tempestades y escándalos en un vaso de agua.  Esta es la explicación, la definición de lo ocurrido el último 28 de Julio en el acto de toma de mando del Jefe Supremo de la Fuerza Armada y Presidente Constitucional de la República Ollanta Humala Tasso.

No hay que confundir temperamento político con mamotreto; entender, admitir a mujeres de temple con collas de servidumbres más pueriles.  La historia observará  la posesión demoniaca y el delirius tremens, conductas que expusieron en la versión de una página de vergüenza ante los ojos del mundo entero y de ilustres personalidades asistentes al acto. (Martha Chávez, Luz Salgado, entre otras)

Hay que rescatar el pálpito político del Presidente García que al declarar y cumplir con su inasistencia a esa comedia cortesana de las congresistas fujimoristas, se libró de tamaño escándalo. Las iras santas, surgieron cuando el Presidente Humala juró que su gobierno se inspiraba y cumpliría con los principios y valores de la Constitución Hayalatorriana de 1979.  Al unísono las geishas fujimoristas, se rasgaron las vestiduras y gritaban que se estaba incubando la dictadura.  Ironías, pamplinas para quienes, han sido protagonistas de la dictadura más nefasta de la historia.

La explicación que desde ahora ya admitirá la historia por el famoso juramento del Presidente Humala, no encuentra ningún exabrupto, menos provocación, desierta de ánimo para la aplicación de un gobierno totalitario, estatista; como  dicen algunas declaraciones de mentes termocéfalas. Humala, seguro, consecuente, coherente con sus inquietudes nacionalistas, basó su decisión en los siguientes argumentos:

En el preámbulo de la Constitución Hayalatorriana de 1979, dice: Decididos a promover la creación de una sociedad justa, libre y culta, sin explotados ni explotadores, exenta de toda discriminación por razones de sexo, raza, credo o condición social, donde la ECONOMÍA ESTÉ  AL SERVICIO DEL HOMBRE Y NO EL HOMBRE AL SERVICIO DE LA ECONOMÍA; una sociedad abierta a formas superiores de convivencia. ¿Son acaso, estas afirmaciones camino a la dictadura?

El preámbulo de la nueva Constitución es también una declaración de fe y de intenciones. Plantea la primacía de la persona, definiendo que ésta, tiene derechos anteriores y superiores al Estado; declara que el trabajo es un deber y un derecho de todos los hombres; reafirma que la justicia es valor primario de la vida;  y que todos participen en el disfrute de la riqueza. Son los fundamentos en los que se basa el Plan Nacionalista, base del juramento del Presidente Humala; ¿Es esto un sacrilegio?

El preámbulo, sigue diciendo: Para tan vasta tarea, reafirmaron el propósito de mantener la personalidad histórica de la Patria y evocando sucesivamente el pasado autóctono.  Al Perú hay que entenderle -ha enseñado Jorge Basadre- como continuidad en el tiempo y como totalidad en el espacio.

En el título VII, Disposición final, art.º 307, Afirma: ESTA CONSTITUCIÓN NO PIERDE SU VIGENCIA NI DEJA DE OBSERVARSE POR ACTO DE FUERZA O CUANDO FUERE DEROGADA POR CUALQUIER OTRO MEDIO DISTINTO DEL QUE ELLA MISMA DISPONE. En esta eventualidad todo ciudadano investido o no de autoridad, tiene el deber de colaborar en el restablecimiento de su EFECTIVA VIGENCIA.

"Serán juzgados según esta misma Constitución y las leyes expedidas en conformidad con ella, los que aparecen responsables de los hechos señalados como violadores de la misma.  Así mismo, los principales funcionarios de los gobiernos (fujimorista) que se organicen subsecuentemente si no han contribuido a RESTABLECER O RESPALDAR EL IMPERIO DE ESTA CONSTITUCIÒN.

Este último párrafo, es la respuesta constitucional a los gritos, fanfarrias desesperadas de ignotos (as)  congresistas.  Esta es la respuesta que inspiró al Presidente Constitucional de la República, la medicina para aquellos que pegaron el grito al cielo, por evocar la Carta Constitucional, inspirada en la voluntad general del Estado de Derecho; respuesta para aquello que satanizan una decisión patriótica y no tuvieron vergüenza en jurar el cargo de congresista a nombre del ladrón Fujimori.

 (*) Periodista
Director NoticiasTalara.Com
Prensa Digital Talara

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