Escribe:
Ricaldi Ramírez Ruiz (*)
En el deterioro social que afecta a la sociedad peruana, se aprecia una gama de raíces que pueden definirse como provenientes de diversas fuentes de motivaciones. Parodiando al escritor peruano Luis Eduardo Valcárcel Vizcarra, puede admitirse que provienen desde todas las razas. Desde luego que sí; los estudiosos de la antropología aseguran que el mal que afecta la conducta humana, nace en el sistema, en la familia y se completa con el paso de gobernantes, que en su desatención a la solución de los males sociales, terminan por robustecerles.
El periodista de la zona petrolera Andrés Abad Tejada, acaba de publicar un artículo titulado: “Periodismo y patrones de comportamiento"; opinión importante desde donde hace un diagnóstico analítico sobre la afectación a la marcha de la sociedad, cuando los medios informativos y sus actores, transitando en la penumbra; ponen su cuota de perjuicio contribuyendo al deterioro.
En las actuales circunstancias sociales cuando se está concretando un acuerdo social, entre todas las fuerzas de la sociedad, para encarar el daño ocasionado por la inseguridad ciudadana; es necesario exigir que el sector periodismo provoque una salubridad en sus filas, se rectifiquen y castiguen comportamientos no muy éticos y otros, donde más bien se hace apología al delito.
Debe ser el periodismo, la principal arma que utilice la sociedad para enfrentar este terrible mal que carcome el cimiento moral de la sociedad. Este sector tiene todas las facultades para quebrar a todo fenómeno sedicioso, criminal. Se puede mediante la palabra, la pluma lograr que el pueblo se organice y se defienda. Cuando las plumas son libres, no existirán fuerzas que atenten y deformen la granítica consistencia de la sociedad.
En todo esto, mucho tiene que ver y decidir las grandes agrupaciones de periodistas que existen en el país. Ellas deben cambiar en forma urgente su modus operandis, comenzando a reconocer que vienen actuando muy lejos de la realidad y de sus responsabilidades.
Es perceptible que todas ellas, viven en un completo receso y desambientaciòn profesional, inconexión con sus periodistas afiliados en todo el país. No les inspira el compromiso, primero para dotar de capacitaciones, riguroso entrenamiento a los periodistas de provincias. Las federaciones, no ejercen control de la actividad profesional de sus afiliados; de esto se desprende el irregular y contaminado ejercicio de la profesión.
En provincias, por la ausencia de ese vínculo indispensable, los periodistas conviven en un universo de estancamientos ideológicos, son afectados por metamorfosis peligrosas de sus conductas, son proclives en caer en el mercantilismo. Los contenidos de sus producciones noticiosas, se evidencian amorfas y vacías sin acreditar consistencia. La improvisación y escaso conocimiento de los postulados periodísticos son cubiertos con snob e intrascendencia.
Un factor que ha contribuido a fomentar la apología a la actitud y predisposición de la delincuencia, lo constituye el ánimo de las empresas periodísticas, especialmente de la televisión que el 100% del contenido de sus noticieros, prefieren divulgar las secuencias del crimen. Los programas de mayor prestigio de la televisión peruana, protagonizando sensacionalismos propician interminables novelas. Las secuencias de los crímenes se repiten y repiten sin tomar en cuenta, que las escenas influyen, adiestran a las audiencias incluyendo a menores de edad. Todo esto es la contribución de una pésima actividad de prensa.
El periodismo peruano, sus órganos, modalidades, maneras de exponerse deben ser notificados y llamados a la rectificación. Dice una sentencia popular que la mujer del rey, no le basta decir que es honrada, debe demostrarlo; de igual manera quien diga en el Perú que es un exponente de las ciencias de la comunicación, debe dejar bien en claro que no comete una usurpación llamándose como tal.
(*) Periodista
Director NoticiasTalara.Com
Prensa Digital
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