lunes, 8 de agosto de 2011

EDITORIAL...Desinformación peatonal

La exigencia de disciplinar a los peatones para darles seguridad en el tránsito, ha resultado caótica en nuestra ciudad, siempre fue un fracaso si es que alguna vez hubo la intención de promover aquello que es tan importante y que llamamos educación vial. Y siempre fracasará por la ausencia de información suficiente y concientizada a la población, quien de la noche a la mañana en nuestra ciudad, debió ser multada por la policía de tránsito si nos pegamos a la ley vigente que sanciona a los peatones imprudentes.

En este tema y sin temor a equivocarnos, creemos que primero, se debe concientizar a la población escolar y universitaria en las aulas, para que ellos puedan difundir en sus propios hogares este nuevo proceso de reordenamiento del tránsito peatonal, más aun considerando que en la actualidad sólo el tránsito vehicular en la ciudad está considerado como un pandemonio, es decir el abuso y la prepotencia de los choferes del servicio público es parte de un sistema que adolece de educación.

Cómo podemos solicitarle al peatón orden para cruzar las calzadas, cuando no están debidamente señalizadas o cuando el peatón no tiene ni siquiera una cartilla de ordenamiento peatonal, para que en forma rigurosa pueda cumplir con estas exigencias.

Más aún cuando los medios de comunicación, no han contribuido agresivamente para publicitar estas nuevas normas para proteger al peatón y disminuir los accidentes de tránsito, sabiendo que por el apuro o la mala costumbre, éstos cruzan las pistas en cualquier parte, incluso sin respetar las zonas peligrosas o cuando las propias combis y buses, se detienen en lugares que no son paraderos, al sólo observar que el peatón levantó la mano, difícilmente los choferes de estos vehículos, incluyendo los taxistas o moto taxistas, dejarán escapar a sus eventuales pasajeros, con el fin de ganar unos cuantos soles. Ni qué decir de los choferes que estacionan  sus vehículos sobre la cebra peatonal de la esquina o el policía de tránsito que cruza la calzada por donde se le venga en gana.

Cómo podemos exigirle de la noche a la mañana, por ejemplo, a un ciudadano que viene de localidades, donde el tránsito vehicular es nulo y su educación ha sido escasa, que aprenda a cruzar la calzada. Se le puede multar, pero quién hará efectiva esta multa, por lo tanto esto nos demuestra otra falla garrafal de las autoridades de turno que pretendieron aplicar esta norma, porque no es coherente ni aplicable, más bien es parte de risas y jaranas de los propios peatones, que ya están acostumbrados a caminar por donde mejor les parezca y cruzar las calzadas, por el lugar que mejor les convenga.

Finalmente, se escuchan opiniones que creen que debería suspenderse este proceso hasta nueva fecha, siempre y cuando haya una adecuada participación de toda la población y autoridades para capacitar primero, prevenir luego y recién aplicar las normas de protección del peatón. Si hasta la fecha no podemos educar a los choferes del servicio público, menos pretenderemos hacerlo con un peatón común y corriente, "a no ser que le obliguemos a tramitar su licencia como peatón".

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