jueves, 4 de agosto de 2011

EDITORIAL…El sufrimiento moral para una oportunidad de trabajo en la municipalidad de Talara.

Escribe:
Ricaldi Ramírez Ruiz (*)

Si alguien quisiera identificar a personas que actúan en sistemas y métodos masoquistas, no se haga problemas, no se complique la vida, vaya y búsquelas en la Municipalidad de Talara; con toda seguridad que no le estamos dando una versión antojadiza o malsana.

Esta Municipalidad se ha convertido en el escenario del sufrimiento social de grupo de personas, madres solteras, jóvenes con necesidad urgente de agenciarse un trabajo; no importa que la oferta sea pobre, debe ser digna.  Estas personas tienen que afrontar y vivir en tremendas odiseas, donde cruelmente, se les afecta la autoestima, se les somete  a descalificantes humillaciones.  Estas son historias que se protagonizan todos los fines de mes cuando los encargados de confeccionar las "famosas listas", trafican con los sagrados derechos de humildes personas.

Podría admitirse que la administración municipal, sustentada en los principios del partido, “Unidos Construyendo", no haya reparado en esta ausencia de humanidad en desmedro de gente desesperada; en estos descalificantes procedimientos se aprecia la ausencia de la protección tuitiva  del Estado.  Cómo se puede dejar en manos de funcionarios insuficientes y de otros que vienen usurpando funciones; el específico rol de calificar personal influenciando en el aspecto político, antes que la necesidad y condición social. No se incluye a los que verdaderamente necesitan.

Según las quejas y dolencias de las personas afectadas, todo es pura pantomima; mecanismos que giran sobre la base de amañados y supuestos sorteos.  Ni siquiera en el caso de una persona que supuestamente fue seleccionada y sus nombres aparecen en lista, podría decir que está segura.  Todo esto es producto de la  maquiavélica intervención del regidor Jimmy Prado Cherre (que no es su función), secundado políticamente por el sicólogo Manuel Galán Castillo (que no es trabajador, ni funcionario, no tiene cargo conocido); estos personajes actuantes con poder politiquero, determinan y señalan el camino indolente de este estado de cosas.

Por qué durante todo este tiempo el señor Gerente de Asuntos Públicos de la indicada municipalidad, en adición a sus funciones, no asume la responsabilidad de iniciar una investigación que sirva en proteger la solvencia moral, suficiencia, e imagen de la gestión.

¿Por qué nadie se ha interesado en declararles la guerra a estos  magros y descalificantes procedimientos? ¿Dónde se ha quedado atracada la voz del cuerpo de regidores? Imaginamos que debe existir una Comisión de Ética y moral; ¿Cómo se puede ver y callar?  Los pleitos, las bullas, los reclamos de todos los meses, dicen de la falta de capacidad para manejar y resolver un problema social.

Esto que viene sucediendo mes a mes en la Municipalidad de Talara, es un agravio al pueblo.  Quien desprecia a las personas que necesitan trabajo, no tienen nivel, sentido de comprensión, degrada la moral;  urgentemente no deben seguir fungiendo de representantes de una comunidad, los escandaletes que se protagonizan llevan la voz cantante que se evidencia en descontento popular.  Hay que tomarlo en cuenta con urgencia.

 (*) Periodista
Director NoticiasTalara.Com
Prensa Digital

No hay comentarios.:

Publicar un comentario